Comenzar un análisis es contar con un espacio donde el tiempo se traduce en palabras, que por decirlas o callarlas, afectan nuestras vidas. ¿Omitir decir algo? Lo que sucede es que, muchas veces, lo desconocemos. El analista junto con el paciente emprenden un recorrido único que van trazando en cada sesión. Justamente de eso trata un análisis, de un descubrimiento.

Cuando el sentido que se le da a las cosas no alcanza es cuando surge la posibilidad de una pregunta; una que eventualmente ofrece otros sentidos que hacen de una vida un andar más vivible. Entre el sobrevivir y el vivir se halla la libertad, la elección a partir de realidades más genuinas. Después de todo, siguiendo las palabras de Freud, lograr un bienestar es tener la capacidad de amar y de trabajar (y, agregamos, de jugar). Te esperamos para que descubras esta experiencia.